En un asalto usted tiene básicamente dos cosas que perder: sus pertenencias y su vida. Los ladrones generalmente van por las primeras; sin embargo, muchas personas pierden ambas; evite ser usted una de ellas. Existen dos tipos de ladrones: los profesionales y los amateurs. Los más peligrosos son los segundos, ya que en el momento del asalto estarán más nerviosos y es este tipo de ladrones quienes, además de robar, violan y matan a sus victimas súbitamente. Si usted tiene el infortunio de toparse con cualquiera de ellos, tome en consideración las recomendaciones aquí expuestas:
- Ante el enorme riesgo de ser víctima de un acto delictivo, es importante estar preparados psicológicamente para enfrentar dicha eventualidad y, asimismo, aleccionar a los miembros de la familia y compañeros de trabajo, con el fin de no complicar la situación y poder salir cuanto antes y lo mejor librados de ella.
- Cualquiera que sea el lugar en el que usted sea asaltado, no pelee ni discuta con el ladrón; recuerde que, por lo general, van armados y pueden matarlos tanto a usted como a sus acompañantes para no dejar testigos. No grite, mantenga la calma y procure no hacer perder el control al asaltante, no muestre miedo más allá del natural y obedézcalo. No intente desarmarlo, recuerde que ante un arma no existe fuerza física que se imponga.